Mucho se ha hablado en estos días del inagotable Matias Almeyda, luego del gran partido que jugó frente a Banfield. Mucho se ha dicho de lo que transmite y de lo que contagia en sus compañeros. Por eso este debe ser uno de los equipos que más corren en la historia del club. Pero no hay que olvidarse de los que juegan, de los que tiene que armar porque, sino, faltaria la otra parte del juego. Un jugador como Erik Lamela es clave en el funcionamiento para este equipo. Su toque corto, y panorama se hacen necesarios ante tanta lucha en la mitad del campo. Si Almeyda se mata para recuperarla pero al dársela al volante ofensivo éste la perdiera, de poco serviría. Lamela la cuida, y además sirve como apoyo para aguantarla arriba.
Al comienzo del torneo se decía que River tenia un equipo muy joven, y que tanto Lamela como Manuel Lanzini quedaban demasiado expuestos ante la falta de jugadores de experiencia. Pero la realidad muestra al día de hoy, que el único juvenil del equipo es justamente el zurdo de Carapachay. Tanto Diego Buonanotte como Mariano Pavone cuentan con muchos partidos encima para acompañarlo en ataque. Sin olvidar que atrás tiene al "Pelado" Almeyda y a Walter Acevedo, también de una trayectoria respetable.
Lo que tiene que hacer el millo entonces, es dársela al diez. Intentar que participe todavía más en el armado del juego, y rodearlo para que tenga opciones de pase. Con respaldo y confianza, demostrara porque se habla tan bien de él. Sin presión pero con la responsabilidad de saber que es el que mejor juega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario