
Jota Jota Lopez decidió, en el entretiempo del partido de anoche contra Colon, patear el tablero y jugar el segundo tiempo con tres delanteros pero le falto la idea. Mariano Pavone, Gabriel Funes Mori y Leandro Caruso son nueves de similares condiciones, alguno con mejor técnica que otro pero las características son parecidas. Por lo que River termino tirando centros o pelotazos frontales los últimos 45 minutos de partido. Como si se tratara de un "manotazo de ahogado". Tal vez el técnico lo hizo para que luego no digan que es defensivo pero, lo cierto, es que los cambios perjudicaron más que ayudaron a River.
El primer tiempo no fue brillante, ni mucho menos. Pero por lo menos el millo tenia un orden, estaba bien parado en la cancha y le faltaba mas profundidad. Con los cambios, Erik Lamela quedo como único organizador tras las salida de Diego Buonanotte y de Manuel Lanzini (de flojo partido ambos) y perdio toda posibilidad de generar riesgo.
Pavone termino de ocho y Lamela al lado de Almeyda. River entró en la desesperación de su gente. Se dejó llevar por el entorno y se puso nervioso. El equipo no juega mucho mejor ni mucho peor que cuando ganaba pero perdió algo que es esencial para este momento: la confianza.
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