El Millo manejó la pelota todo el partido y creó más chances de gol que un Boca muy austero, pero no estuvo fino a la hora de la definición y dejó el verano sin poder ganarle al equipo de Falcioni. Cuando a los 8 minutos David Trezeguet tuvo que salir lesionado ya se asomaba que no era la noche de River. Hasta el gol de Mouche, a los 29 minutos, el equipo de Almeyda era superior y había creado peligro por la derecha con Abecasis y Carlos Sanchez. A la hora de atacar el volante uruguayo fue clave en todo el partido, tirando muy buenos centros que los delanteros no pudieron aprovechar. O por que eran anticipados por la defensa de Boca o por la mala terminación de las jugadas, especialmente a traves de Fernando Cavenaghi quien falló a los tres palos en toda la noche. El conjunto de Falcioni llegó sólo en dos ocasiones al arco de River: en el gol en el que hubo primero un error de Ponzio en la salida, y despues de Ramiro Funes Mori quien se tiró al piso innecesariamente y perdió con Ledesma que envió el centro a la cabeza de Mouche. La otra llegada fue un mano a mano del autor del gol que Vega atajó muy bien. Después de conseguir la ventaja, y al igual que en Chaco, Boca se replegó atrás y nunca intentó buscar el segundo. Un equipo muy amarrete que ganó el campeonato jugando de esa manera.
River siguió intentando hasta el final pero no pudo y perdió casi inexplicablemente un partido en el que el rival no hizo mucho para ganarlo. En el Millonario hubo muy buenos rendimientos de Luciano Abecasis y de Carlos Sanchez.
Mas allá de la bronca por perder los dos clásicos de esta manera, el hincha de River debe entender que jugando como se jugó ayer la vuelta a Primera esta asegurada lo que, en definitiva, es lo más importante para este semestre: devolver al lugar donde River no debería haberse ido nunca.
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